Por Claudia Gonzales Yaksic
José Luis Novoa Santa Cruz es el director del Centro de Periodismo en la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). En julio del año pasado, este centro desarrolló en Lima (Perú) –junto a CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, con el apoyo de SembraMedia y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)—el taller “El Otro: Encuentro Iberoamericano de Periodismo Emprendedor e Innovador”, del que participaron 30 periodistas de 16 países de la región escogidos mediante convocatoria pública.
“El Otro –según los organizadores—hace referencia a la faceta emprendedora de Gabriel García Márquez, quien creó varios medios periodísticos a lo largo de su vida. El Otro, en particular, fue un diario impreso para Colombia en cuya gestación trabajaba, incluidos aspectos técnicos, legales y de diseño editorial integral, a principios de los años 80, justo antes de que le fuera otorgado el Premio Nobel (1982). Quería hacer, según lo decía, el mejor periodismo del mundo desde América Latina. Creemos que ese sueño aún se puede cumplir”.
De ese modo, este taller fue creado con el objetivo de mejorar y potenciar el diseño y desarrollo tanto de proyectos periodísticos nativos digitales que estaban en proceso de estructuración, como también de aquellos que ya habían comenzado pero aún no se habían detenido a gestionar todos los elementos necesarios para hacerse sostenibles económicamente.
En este taller, los periodistas que calificaron –entre ellos la web cochabambina de periodismo cultural Plaza Catorce—durante tres días participaron de talleres intensivos que fueron dictados por especialistas en periodismo y medios digitales de la talla de Jeff Jarvis (Estados Unidos), Jean-François Fogel (Francia), María Catalina Colmenares (Colombia), Carlos Serrano (Colombia), Janine Warner (Estados Unidos) y Mijal Iastrebner (Argentina), entre otros.
Un año después, la FNPI y todas las organizaciones que la apoyan, lanzaron semanas atrás la segunda versión de “El Otro: Encuentro Iberoamericano de Periodismo Emprendedor e Innovador”, que se desarrollará a fines de este mes de julio, otra vez en Lima (http://www.fnpi.org/es/fnpi/actividad/el-otro-ii-encuentro-latinoamericano-de-periodismo-emprendedor-e-innovador).
A propósito de recordar la primera versión de “El Otro” y anunciar el segundo llamado, publicamos a continuación una entrevista lograda por Plaza Catorce, en julio del año pasado en Lima, con José Luis Novoa Santa Cruz; entrevista en la que habla de los logros obtenidos por la FNPI en sus más de 20 años de trabajo en materia de periodismo en general, y de periodismo digital en particular.
¿Por qué la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) enfatiza la importancia del periodismo virtual y emprendedor?
Es un nuevo momento. La Fundación ha acompañado las transformaciones de Internet en América Latina desde su comienzo. Hasta donde entendemos, el primer taller de periodismo en Internet en América Latina lo hicimos nosotros en 1997, con Rosental Calmon Alves en Sao Paulo (Brasil) y desde ese momento hemos animado las discusiones y las transformaciones del oficio. Hemos visto con atención y con preocupación cómo la industria al principio quizás no entendía muy bien qué significaba todo esto; luego, cómo con una cierta sensación de que eso pasaba en otro lados y ahora con la inminencia del cambio que ya se está viendo tanto en las estructuras informativas.
Si bien durante todos estos 22 años hemos acompañado todos estos procesos, y hemos tenido un par de momentos en que hemos ayudado con iniciativas nuestras a empujar nuevos emprendimientos periodísticos, ahora en 2017 queremos empezar como un nuevo momento. Ya llevábamos 25 años de Internet, eso parece, aunque como dice Jeff Jarvis no sepamos todavía mucho qué significa eso (del Internet), pero ya es un cuarto de siglo, tampoco es que Internet esté tan nuevo en el periodismo, pero sí ciertamente de 25 años para acá se han inventado muchas cosas, pasando por las redes sociales y su impacto profundo en los modelos periodísticos. Entonces, lo que queremos es animar de una manera nueva esa discusión, queremos buscar los nuevos referentes.
¿Cómo evalúa la FNPI los 25 años de periodismo en Internet?
En estos 25 años ya surgieron experiencias que ahora uno puede considerar que son pioneras, decanas: El Faro (https://elfaro.net/), La Silla Vacía (http://lasillavacia.com/), por decir solo dos de 10 o 15 emprendimientos de América Latina que ya son referencia y ya son fuente de consulta obligatoria en cada uno de sus países. Ahora, con esto, lo que queremos buscar es la nueva generación, los que están empezando a imaginarse sus ideas. Creemos, como Jeff Jarvis o Ken Follet o Rosental Calmon Alves, que ahora es muy importante apoyar las nuevas comunidades, que el periodismo tiene que ayudar a crear nuevos diálogos.
Antes teníamos la audiencia como un solo agregado y ahora sabemos que hay muchas audiencias, y que una persona, como quien ahorita nos escucha (o nos lee), puede leer sobre nación en un medio, sobre animales en otro, sobre temas LGTB en otro y que el periodista tiene que saber llevar esas conversaciones, y en cada uno de esos casos proveer una información fiable importante.
Por último, le concedemos mucha importancia a la ética de la comunicación social y de la comunicación como un asunto público. Me refiero a lo siguiente: Obviamente hay este tema que se llamada post-verdad, que son noticias falsas, pero creemos que más allá de eso tenemos que hacer un muy fuerte esfuerzo para consolidar una ética de las comunicaciones digitales; que los ciudadanos incorporen para sí las buenas herramientas de la verificación del periodismo, que sepan desconfiar de la información, que sepan filtrar y en ese contexto el periodismo es más útil que nunca en un contexto en el que tenemos más información de la que nunca hemos tenido en la historia. El periodismo justamente es esa gente que nos ayuda a filtrar, a decir: Esto es válido, esto no, esto es falso, ojo que esto tiene este contexto; y esa labor periodística ya no solo es función del tradicional periodista de antes, ahora hay unos equipos más consolidados de gente, hay procesadores de datos, visualizadores de datos, ingenieros, etcétera; hay muchos más perfiles colaborando en esa provisión de información pero a la vez la ciudadanía que tiene que comenzar a incorporar en su propio chip parte de esa visión. Es como si la función periodística hubiera abandonado las salas de redacción y tuviéramos que ayudar a instalarla en toda la sociedad.
¿Qué espera la FNPI de los periodistas que son beneficiados con sus talleres?
Para la Fundación los talleres tienen un doble nivel. El primer nivel es el del aprendizaje y la inspiración con la que se van las personas que vienen físicamente al taller. Mucho de lo que se da acá por supuesto está disperso en las redes, si tú dices: “Oye, yo quiero saber qué dice Jeff Harvis sobre tal cosa”, pues hay un montón de cosas y hay traductores; está SembraMedia que tiene un sitio web con un montón de recursos… Pero ¿qué dice la Fundación? Pues, esa experiencia personal de venir (a los talleres) y tenerlo todo junto, de recoger información; eso nos parece importante, es válido, etcétera. Lo otro, es la inspiración, que es fundamental. Constantemente nuestros talleristas dicen del taller que, además de todos los conocimientos que uno espera, me llevo esa inspiración; a ver qué colegas en todo el resto del continente que, al igual que yo, están sufriendo, tienen dudas, no saben cómo resolver los temas, y el ver cómo otros han resuelto sus problemas y cómo otros persisten en medio de las dificultades. Esto muchas veces es tan importante o más importante que la misma cantidad de conocimientos que se tengan. Los conocimientos cada vez están más disponibles en la web, tenerlos agregados en un solo lugar es una gran ventaja, pero lo que no consigues en la web tan fácilmente es esa inspiración y esa relación con otros. Cada tallerista se va –en este caso– con 29 amigos nuevos a los que puede consultar, con los que quizás tomándose un trago en el descanso o almorzando quedaron de acuerdo en seguirse consultando, en hacer un proyecto juntos… Esa es la magia de la Fundación, ese es un nivel el que pasa personalmente.
El segundo nivel es el de los que no pudieron venir, entonces nosotros tenemos un fuerte trabajo en generación de conocimiento, que todo lo que se ha dicho acá quede registrado no solo en vídeos, en documentos, sino intentamos también algunos otros materiales que le queden a la gente, esperamos que toda la gente que se inscribió a esto, incluso los periodistas que no se inscribieron, puedan en pocas semanas tener acopio de toda esta información.
¿Cuántos profesionales ya se han beneficiado de los talleres y actividades que propicia la FNPI?
Nuestros números más secos dirían que en 22 años de labores hemos hecho casi 1.000 actividades, de ellas más de la mitad han sido presenciales y a esas actividades han asistido 10.000 periodistas. Eso nos gusta porque digamos que a la larga es la creación de una comunidad de gente que se siente vinculada a la Fundación de otra manera.
Por otra parte, tenemos un movimiento de redes sociales muy fuerte, tenemos más de 90 mil seguidores en Facebook, algo similar en Twitter, una lista de correos bastante grande con gente de toda la región y esa es otra manera, esa es otra comunidad, otra gente que se inspira también en los valores de la Fundación, así no puedan venir físicamente a nuestros talleres. Aparte está nuestra red de maestros, de grandes periodistas de todo el mundo que dedican algunas semanas, algunos días de su tiempo para acompañarnos y darnos todo su valioso conocimiento, y un equipo en Cartagena (Colombia) de unas 30 personas dedicado en pleno a que estas 150 actividades que hacemos al año puedan salir adelante. De esas 150 actividades la mitad son presenciales, hay muchas que se concentran en el Festival de Periodismo en Medellín, que para nuestro orgullo es la gran cita del periodismo latinoamericano, un espacio para hablar y conocer un montón de experiencias. Esa es la Fundación ahora, muchos proyectos, mucha preocupación por lo que está pasando en Internet, una preocupación por ir más allá de los cercos del periodismo para hablar con otros públicos, eso es lo que estamos haciendo ahora en periodismo.