“La más lejana medianoche”, nuevo libro de Ronald Rodríguez

Por Plaza Catorce

El próximo miércoles 3 de octubre, a las 19:00, en el Centro Simón I. Patiño, el escritor Ronald Rodríguez Gonzales presentará su nueva producción literaria. Se trata de “La más lejana medianoche”, una novela de ficción sobre el conflicto bélico en Afganistán y Siria, y que representa un drástico cambio en la temática hasta ahora explorada por el autor cochabambino.

Ganador del Premio Nacional de Literatura 2011, convocado por la Alcaldía de Santa Cruz, con su libro “El evangelio de las profundidades”, que tuvo como jurado a Homero Carvalho, Peter Levy y Pablo Deheza, Ronald Rodríguez publicó luego “El libro de las sombras” y «El mártir de los orígenes», los tres parte de «Hyperrealidad», donde habla sobre el ocultismo, la magia, la numerología, la simbología y la brujería, temas con los que logró conquistar a un amplio grupo juvenil.

Lejos ya del género de ciencia ficción y fantasía donde se encasilló su obra, ahora presenta este nuevo trabajo que tiene como protagonista a Esteban, hijo de un narcotraficante francés que en los años 80 del siglo pasado importaba cocaína de Bolivia hacia Francia y quien se involucra con una boliviana que lo rescata luego de ser abatido por la policía en el aeropuerto de El Alto. Producto de esta relación nace Esteban, bajo la condición de ser criado en Francia. Al cumplir tres años el niño es enviado con su abuela paterna y termina estudiando en la Sorbona y graduándose como ingeniero en seguridad de instalaciones corporativas. Ni bien termina su carrera especializado en desarrollar “análisis de escenarios de conflicto para anticipar contingencias, Esteban es contratado por una empresa de seguridad privada inglesa, dígase mercenarios, para trabajar en instalaciones de multinacionales en países de alto riesgo, como Sierra Leona, Afganistán, Irak, y Pakistán”, explica el escritor en una entrevista con Plaza Catorce.

Paralelamente a esta historia, nace una niña en Afganistán, Rahima, durante el bombardeo de Kabul bajo el régimen talibán, en el seno de una familia muy pobre y, odiada por su padre por ser mujer, la pequeña termina creciendo en una cárcel. “Ahí aparece otro personaje, Yaryna Pavlichenko, que es una ingeniera ucraniana que trabaja con empresas de instalaciones y servicios petroleros. La mujer tiene un know-how increíble sobre cómo manejar esos negocios, pero a la par desarrolla un interés humanitario por las mujeres y niños pobres en esos países donde están las mayores operaciones petroleras” y termina involucrada con Esteban y Rahima.

CÓMO NACE LA NOVELA

El origen de esta nueva novela de Rodríguez se remonta a principios de este siglo XXI, cuando el autor, entonces licenciado en Derecho, decide hacer una especialidad –en Santiago de Chile—en Derecho Corporativo con mención en Derecho Petrolero. “El estudio de los hidrocarburos es más un aspecto técnico y más que un aspecto técnico es un aspecto geopolítico. Entonces, mi diversión, mi hobby, mi gusto, era estudiar geopolítica”, cuenta. Una vez de retorno en el país, Ronald Rodríguez empezó a trabajar en Santa Cruz en la empresa Transredes (hasta que fue nacionalizada), por lo que siguió ahondando en el tema, además que como docente de la materia en postgrado y en pregrado, “tenía que contagiar a mis alumnos ese interés por ver cómo se manejaba el negocio del petróleo, que es un manejo geopolítico más que corporativo. Entonces, he estudiado 15 años la geopolítica de los hidrocarburos y un día decidí, después de terminar ‘Hyperrealidad-El libro de las sombras’ (novela anterior a ésta), que tenía que sacar todo ese conocimiento. Pero ese conocimiento todos los años cambiaba, cambiaba, cambiaba y cambiaba… Es tan dinámico el tema que me he concentrado solamente en la parte de los conflictos y la visión del personaje principal es la visión mía de los problemas”.

Si bien “La más lejana medianoche” fue pensada durante más de una década, recién comenzó a ser escrita el 2014  durante un proceso muy doloroso para el escritor. “Me divorcié, renuncié a mi trabajo en Santa Cruz, volví a Cochabamba, estuvimos solos con mi hija y fue un proceso en donde volví a encontrarme como persona, como hombre a lado de mi familia, que es mi hija. Entonces, ese proceso de identificación personal, de perdón, todo está en el libro. Ha sido mi escape emocional. Podría entenderse como una autobiografía novelada, pero es un mucho más doloroso el libro que mi vida, porque hay en la novela el trasfondo de la guerra que muchos ignoramos y esa ignorancia del problema es lo que quiero mostrar a través del libro, que es muy íntimo”.


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