La soprano Anna Pardo en Vietnam

La soprano Anna Pardo estuvo el mes de abril pasado en Vietnam ofreciendo dos conciertos: uno en el Hai Phong Opera House, festejando el XX aniversario de la empresa belga Rent-A-Port en Vietnam. Y el otro en el Hanoi Opera House, donde interpretó un repertorio variado de música de cámara. “Canté obras de Carlos Guastavino, Xavier Montsalvatge, Charles Gounod, Jacques Offenbach, Johan Strauss, Gioachino Rossini Antonín Dvorák, Gerschwin… Incluso canté algunas de mi nuevo CD ‘Minuit Blanc’. También fui invitada a dar unas clases magistrales de canto en el Conservatorio de Música de Hanoi. Fue la primera vez que di clases en inglés y con un traductor al vietnamita. ¡Una experiencia inolvidable!”, cuenta. 

Anna Giovanna Pardo Canedo nació en Cochabamba y salió bachiller del Instituto Eduardo Laredo. Hace una década que reside en Europa y trabaja en varias ciudades ofreciendo conciertos de diverso orden.

Actualmente está preparando algunos nuevos roles de ópera y nuevo repertorio de música de cámara para la temporada que se viene con varios conciertos ya confirmados.

“Este junio y julio estaré además dirigiendo nuevamente por corto tiempo el coro Karibu de la ciudad de Gante (Bélgica), preparando algunos conciertos y, si Dios quiere, junto a mi familia que viene a visitarme por primera vez en doce años, estaremos haciendo algunas presentaciones con su grupo de música tropical y popular: Orquesta Habana Internacional. Así que se vienen unos meses movidos”, cuenta la soprano a través de una entrevista virtual. “Ya luego grabaremos un segundo CD, esta vez con mi pianista español: Ángel Cabrera”, añade. 

En su última visita a Bolivia, en diciembre del año pasado, Anna Pardo estaba muy emocionada por su próximo viaje al continente asiático y por la presentación de su primer disco. De ambos temas habla en la siguiente entrevista.

¿Qué experiencia le dejó viajar por Vietnam?

Fue mi primera vez en Asia, así que estaba muy emocionada y también nerviosa, tanto por conocer esta cultura en carne propia y a la vez por las reacciones y respuesta que iba a obtener del público en Vietnam. Definitivamente ¡me encantó! Muy aparte de lo muy bien organizadas que estuvieron todas las actividades que nos planificaron, la compleja ‘sencillez’ con la que se maneja y vive la gente es muy inspiradora. Compleja en el sentido de que pasan taaaaaaaantas cosas: una locura la cantidad de motos que andan por las calles y más locura aún la tranquilidad con la que manejan. Sin gritarse o diciendo groserías cuando, tal vez, tenían que parar o bajar la velocidad con la que iban, simplemente cediendo el paso con una sonrisa y andando con ‘the flow’ (el flujo), como ellos dicen. O cuando prepararon la proyección de imágenes y traducciones de mis obras, yo no podía entender cómo era posible que para ellos, mientras más luces, movimiento de imágenes y demás pasaran al mismo tiempo, más les gustaba y, a mi parecer, más se complicaban la vida, pero lo hacían sin quejarse o estresarse, siempre amables y muy eficaces.

¿Sabes qué fue lo que me gustó más? su visión de la vida, el saber perdonar sin rencores, el vivir sanamente sin complejos ni miramientos. La gente se pone a las 5 de la mañana y a las 5 de la tarde a hacer ejercicios en la calle, en los parques y plazuelas, solos y en grupos; ¡muy lindo! Ya tengo ganas de hacer lo mismo en Cocha. 

Los instrumentos con los que la acompañaron en Vietnam son poco comunes para un concierto de música clásica. ¿Es la primera vez que ofrece un concierto de esas características?

Los conciertos fueron en compañía de mi querido pianista español Ángel Cabrera y del grupo Suc Song Moi, que es un ensemble de intrumentos hechos de bambú y sí es la primera vez que canté acompañada de estos instrumentos. Este grupo viene de Hanoi y los instrumentos los construyó el padre del director Dong Quang Vinh, un gran músico, quien hace los arreglos musicales para su ensemble.

Cuando me llamaron para invitarme a hacer estos conciertos, me dieron carta blanca; por esto y sin pensarlo dos veces decidí ir con Ángel, un pianista excepcional con quien es un lujo poder hacer música; además de que nos entendemos muy bien fuera y dentro del escenario. Luego, se les ocurrió invitar también a un grupo local para hacer los intermezzos: Suc Song Moi; pues a mí me encantó la idea y propuse algunas obras para hacerlas juntos. A Dios gracias, y al director, nuestra cooperación tuvo mucho éxito y el público quedó encantadísimo con el resultado. Nos quedamos con las ganas de hacer más cosas juntos… Veremos.  

¿Qué tal trabajar con los músicos de Vietnam?

Aquellos que conocí, muy disciplinados y humildes, grandes cualidades.

¿Qué hay de su primer disco. Cuándo lo presentó?

La presentación del CD, llamado ‘Minuit Blanc’, fue el 12 de marzo en Sint-Amands (Bélgica), la ciudad donde nació Emile Verhaeren, un poeta belga muy famoso en su época que falleció en 1916 y el pasado año, recordando 100 años de su muerte, recolectamos hermosas obras que fueron compuestas por compositores belgas y franceses, inspiradas en sus poemas. Por ejemplo: Ravel, Boulanger, Jongen, Carion, son grandes compositores que forman parte de este CD, junto a Debussy, del cual escogimos el ciclo «Ariettes oubliées», del poeta Paul Verlaine, quien tuvo una relación muy estrecha con Verhaeren.

El CD tuvo muy buena aceptación. Estamos muy contentas. Lo tocan de vez en cuando en la radio KLARA, en Bélgica; esperamos poder presentar el CD en varias ciudades más.

‘Minuit Blanc’ es mi primer disco como ‘protagonista’, junto a la fabulosa pianista belga Sandra Lammens. La verdad que mi deseo era sacar primero un disco con obras en español, pero este proyecto se pudo realizar antes y que te puedo decir, nunca pensé que mi primer disco iba a ser completamente en francés.


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