La Fiesta de la Música es una idea que surgió hace cuatro décadas en Francia, de la cabeza del músico estadounidense Joel Cohen, quien propuso los “Saturnales de la Musique” para que las bandas, grupos y solistas toquen de manera gratuita para recibir la llegada de la primavera y del invierno. La idea de Cohen tuvo una sola versión, el 21 de junio de 1976, pero en 1982 el entonces ministro de Cultura de Francia, Jack Lang, la institucionalizó y ahora la Fête de la Musique se replica en 120 países del mundo fomentada por las embajadas y legaciones culturales de Francia.
En Cochabamba, la Alianza Francesa la estableció en 1997 y sus primeras versiones comenzaron tímidamente con unas cuantas decenas de espectadores y un puñado de bandas locales que se daban cita en la vía y los boliches que en los locos años 90 del siglo pasado, inundaban la calle España. Así, y poco a poco, la Fiesta de la Música cobró más presencia, más escenarios, más bandas y más espectadores hasta celebrar este 17 de junio pasado sus 20 años con una jornada musical que reunió a unas 7.000 personas alrededor de 100 músicos pertenecientes a grupos de diferentes géneros.
Este 2017, por segundo año consecutivo, la Fiesta de la Música se celebró en el parque Linconl, un gran acierto ya que el lugar y la hora fueron propicios para que un público tan heterogéneo en edades y gustos pueda divertirse sanamente y apreciar la creatividad, la producción musical y el talento cochabambino y boliviano. Niños con sus abuelos, familias enteras, almas solitarias, grupos de jóvenes y hasta mascotas inundaron este espacio que, además, sirvió para que varios escritores y editoriales independientes, tal el caso de Gaby Vallejo, Vanessa Giacoman, Ronald Rodríguez, Yerba Mala Cartonera, Pseudogente Editores, Edgar Sandoval (que llegó de Oruro), ofrezcan su producción literaria a un público que –contrariamente a lo que se pueda pensar—respondió bastante bien y donde llamó como siempre la atención la gran afición que tienen los niños por el material impreso.
Es así que con este artículo, Plaza Catorce quiere destacar el trabajo de una gestora cultural, Sofía Orihuela, que ha demostrado en estos últimos años su gran capacidad al haber propiciado el crecimiento no sólo de la Fiesta de la Música, sino de otros eventos culturales que han estado a su cargo; y tomando en cuenta que Sofía se despidió este año como organizadora de este importante evento cultural (esperemos algún rato decida volver) y ojalá el próximo 2018 esté a la altura de lo logrado en esta versión número veinte.
Artista y gestora cultural
Sofía Orihuela comenzó desde pequeña en el mundo del arte primero como dibujante. Aunque nació en Oruro, se crió en la ciudad de La Paz donde estudió Artes Plásticas en la Universidad Mayor de San Andrés logrando su título con mención en Pintura (2000). Luego obtuvo un diplomado en Filosofía e Historia del Arte por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de San Andrés (2001) y un diplomado en Gestión Cultural por la Universidad Nuestra Señora de La Paz (2009).
Su experiencia como artista está plasmada en las varias muestras colectivas realizadas en diferentes centros culturales de La Paz, Cochabamba y Sucre, en las que participó entre 1996 y 2016 con obras en pintura, grabado, litografía y fotografía. También ha desarrollado presentaciones multimedia para festivales nacionales e internacionales; y en 2015 presentó la exposición individual de fotografía “Escénica” en la Alianza Francesa de Cochabamba.
Como curadora ha sido invitada en la muestra de vídeo Creadores Latinoamericanos para el Festival Mes de la Danza de España (2010) y en la muestra de videodanza Miradas Latinoamericanas. Ha dictado el taller Movimientos para la cámara, en diferentes Festivales Internacionales de Brasil entre 2012 y 2106. También ganó la Beca Latinoamericana de formación del Festival ‘Videodanzaba’ (2013) en Argentina.
Como gestora y productora ha sido responsable, entre otros, de la Coordinación General, del Festival internacional de Danza Contemporánea Andanza, del Festival TransformaArte. Ha sido además responsable de los artistas participantes en el Proyecto Jornadas Culturales en diferentes departamentos de Bolivia, en el ahora Ministerio de Culturas.
“Llegué a Cochabamba porque mi hija y motor de todo (la pequeña Tamara) decidió nacer acá. Ella me trajo y Cochabamba me ha tratado más que bien desde mi llegada”, cuenta Sofía Orihuela a Plaza Catorce en una entrevista conseguida especialmente para hablar de la XX Fiesta de la Música. “A poco de mi llegada a Cochabamba –recuerda– comencé a trabajar como Coordinadora Cultural y Coordinadora del Festival de Teatro Bertolt Brecht de Instituto Cultural Boliviano Alemán, del año 2010 al 2013. Fui organizadora del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo 2014, del Festival de Videodanza Cuerpo Digital entre el 2010 al 2017. También organicé el Festival Nacional de Danza Contemporánea OFF 2015, el Festival Internacional 48 Hours Film Project 2016 y La Fiesta de la Música de la Alianza Francesa del 2014 al 2017. También este año tuve el gusto de ser jurado del Premio Nacional Eduardo Abaroa en la categoría proyectos, Artes Escénicas y Musicales.
Actualmente soy Coordinadora Cultural de la Universidad Privada Boliviana en Cochabamba, ya hace tres años. También soy propietaria de la Casa de Arte La Matraca desde el 2016”.
¿Cómo te hiciste cargo de la Fiesta de la Música?
Comencé a trabajar en la Fiesta el 2014. Todo comenzó con una charla con la directora de la Alianza Francesa de Cochabamba de ese entonces, Marie Soriano, de cómo hacer un evento diferente al que se estaba dando. Ahí la convencí de que me deje darle una propuesta de trabajo que después fue aceptada y comenzamos el trabajo. Marie fue un equipo maravilloso que confío mucho en mi trabajo y aportó de manera maravillosa durante su estadía, no solo a la Fiesta de la Música si no al movimiento cultural local.
¿Cómo lograste convertir la Fiesta de la Música en el gran evento que pudimos apreciar el sábado 17 de junio? Es decir ¿qué trabajo tuviste que realizar para llegar al pico de esta cumbre?
Creo que lo principal fue tener visión de cambio desde el principio y pensar en que la Fiesta de la Música crezca como una plataforma para mostrar los talentos locales, además de tener actividades culturales y medio ambientales que le dieron otro toque a los conciertos. Otro paso importante fue el cambiar los escenarios habituales del evento y llevarlo al parque Lincoln, fue una de las decisiones más importantes, a partir de esa idea se construyó el resto.
Del ¿por qué un parque? fue principalmente por mi hija Tamara, ella nunca podía ver los conciertos y se me vino a la mente que eso pasaba con muchos hijos de los artistas y público en general, así que pensé en hacer un evento más familiar con actividades iniciales que realmente puedan aprovechar el espacio y llamar a gente más diversa del público que ya teníamos. Me gustan los retos así que eso me inyectó un ánimo sin igual, Marie, el perfecto equipo se sumó a la idea y fuimos planeando lo que ahora es la Fiesta de la Música. Y a eso sumamos todo el trabajo de diseño, manejo de redes, prensa, difusión y equipo técnico, luces, sonidistas, la calidad de los escenarios aportó mucho a que el público y los músicos quieran ser parte del evento.
Yo no lo veo como conciertos, lo veo como una plataforma para visibilidad a los talentos locales, que el mercado artístico no se quede en los espacios habituales.
¿Cuántas personas están detrás y quiénes te han colaborado en toda esta organización?
No es un grupo grande como se piensa o se necesitaría para llevar acabo un evento de esta magnitud, no llegamos ni a media docena, más es como meterle mucha garra y olvidarte de una carga horaria, no existen los fines de semana por ejemplo.
Mucha gente ha trabajado estos años en diferentes ramas, obviamente el equipo de la Alianza Francesa es el principal que lleva muchos años más de los que yo estoy armando el evento en diferentes lugares de la ciudad, en logística y apoyo en producción, y el equipo de mARTadero en difusión y prensa principalmente.
¿Cuál es el apoyo que más destacas?
Por supuesto el de los músicos, ya que sin ellos nada, nada sería posible. Como siempre lo he dicho desde el primer día, ellos son los principales auspiciadores del evento que es un regalo para la ciudad. Cuando yo entré me dijo la Directora (Marie Soriano) que eran un promedio de 20 a 25 postulaciones, este año 2017 tuvimos más de 100, ahí se nota claramente como subió el interés de los músicos no solamente locales si no de diferentes departamentos, de venir al evento por la gran cobertura y presencia de público que tenemos.
También destaco el apoyo de Marie Soriano (ex directora de la Alianza Francesa), juntas hicimos los cambios con mucho amor. Otros apoyos destacables son: la Secretaría de Cultura de la Honorable Alcaldía Municipal y todas las instituciones que en diferentes formatos colaboraron con el evento desde auspiciadores hasta apoyos culturales.
¿Cuánto tiempo te tomó organizar este evento?
Se comienza a trabajar aproximadamente en febrero de cada año de manera intensa hasta el fin del evento.
¿Qué cosas feas te pasaron?
La principal fue el cambio de escenarios entre los años 2014 y 2015, cuando estábamos en el espacio urbano central nos daban la Plaza de las Banderas y luego por uno u otro motivo nos quitaban el permiso a semanas del evento y eso generaba un problema de producción y difusión.
¿Qué cosas buenas te dejó esta experiencia?
Muchísimas cosas buenas desde conocer más cerca el círculo musical local, que es tan variado y de muy alta calidad; conocer de manera personal a grandes artistas; el lograr el objetivo de tener un evento de primer nivel para toda la familia; revalorizar de manera distinta el espacio público convirtiéndolo en un escenario artístico cultural; y aprender que realmente se pueden lograr los objetivos con trabajo. Lo que jamás olvidaré es la cantidad de gente que no conocía y que me escribía para agradecerme por el evento, eso me impactó mucho el año pasado.
¿A quiénes agradeces por su apoyo?
Quiero agradecer a las directoras de la Alianza Francesa, Marie Soriano y Neige Pruvost, que confiaron en mi trabajo para ser parte de este evento tan importante para la Alianza Francesa. A todo el equipo de la Alianza Francesa, a Antonio Villazón, Jhade Cruz, Juan Malebrán del proyecto mARtadero; el Circuito de Centros Culturales de Cochabamba 4Cs; al equipo de sonido, principalmente a Marco Velazco, Willy Castillo; al equipo técnico, a la prensa, a todos los artistas, instituciones y amigos que acompañaron este trabajo de una u otra manera.
¿En qué proyectos estás ahora involucrada?
Ahora preparando un Taller de Audiovisual para Argentina en el Festival VideoDanzaBA en agosto. Estoy como Coordinadora Cultural de la Universidad Privada Boliviana y ahora estoy centrada en el festejo de 25 años que tendremos en octubre y en el retorno del sexto Festival Internacional de Videodanza Cuerpo y Nuevas Tecnologías Cuerpo Digital para noviembre.